Mi ex y yo rompimos hace un tiempo, pero a pesar de una serie de aventuras amorosas desde entonces, todavía no olvido nuestra relación. ¿Es una locura intentar volver a estar juntos? quisiera que me ayudes a resolver este dilema… Es el tipo de historias que vemos muy seguido.

Vamos a decirte nuestro punto de vista teniendo en cuenta nuestra larga experiencia en este tipo de situaciones…

Lo que debes tener en cuenta antes de reunirte con tu ex…

Lo primero es lo primero: Hubo una razón por la que rompieron, recuérdelo. Es fácil sufrir amnesia relacional después de una serie de enredos románticos fallidos. A veces, las citas o los encuentros amorosos fallidos pueden hacer que pongamos en orden nuestra historia e idealicemos a parejas antiguas y conocidas.

Sentirnos desanimados o, peor aún, desesperados nos deja en una mala posición a la hora de tomar decisiones. Dicho esto, a veces una relación anterior no funcionó por una razón en aquel entonces, pero ahora puede seguir funcionando.

Las celebridades rompen y se reconcilian todo el tiempo (te estoy mirando a ti, Jennifer Lopez y Ben Affleck, o Khloé Kardashian y Tristan Thomson). Para averiguar cuál es tu situación, debes hacerte una serie de preguntas. Quizás incluso quieras contar con la ayuda de una persona honesta y objetiva para explorar las respuestas:

1. ¿Por qué rompieron?
2. ¿Estás idealizando a tu ex pareja y/o la relación?
3. ¿Qué ha cambiado que te hace pensar que las cosas serán diferentes esta vez?
4. ¿Qué ha hecho tu ex pareja para convertirse en una pareja más capaz desde la ruptura?
5. Si se rompió la confianza en cualquiera de los dos extremos, ¿se puede reconstruir?
6. ¿Están ambos dispuestos a hacer el trabajo necesario para reparar lo que no funcionaba antes? ¿Cómo lo harían?

Quiero hacer especial hincapié en la tercera pregunta de esa lista: ¿Qué ha cambiado? Es una pregunta que a menudo se pasa por alto. ¿Se han reconciliado? ¿Qué trabajo han hecho en ustedes mismos para mejorar sus habilidades en las relaciones? ¿Qué trabajo han hecho ellos?

Se dice que «dondequiera que vayas, allí estás». Lo mismo ocurre con las relaciones. Los problemas fundamentales que existían en el pasado probablemente seguirán existiendo una vez que se supere la etapa de luna de miel.

A menos que ambos hayan trabajado mucho en ustedes mismos y hayan crecido de verdad, desarrollado nuevas habilidades y aprendido nuevas herramientas, es probable que vuelvan a encontrarse en el mismo lugar en el que estaban cuando rompieron.

Ese viaje, especialmente si se trató de una ruptura conflictiva, comienza con la reconciliación. A veces, cuando una relación se disuelve, se debe a una erosión lenta que se produce en la conexión y las interacciones entre las dos partes. Otras veces, con más frecuencia, existe algo que lo precipita.

Una persona traiciona a otra, se dicen palabras que son tan dolorosas que no hay vuelta atrás, las adicciones afectan la vida en común, uno de ustedes no se presenta para apoyar a la otra persona, la lista continúa. Ya sea que hayas estado del lado que dio el golpe o del que recibió, para seguir adelante, necesitas enmendar el daño.

Cuando se trata de hacer las paces, siempre recomiendo buscar estos siguientes cuatro pasos esenciales, sin estos pasos una relación no puede sanar:

1. Remordimiento. Una disculpa sincera surge de la comprensión del daño que has causado. Decir «lo siento» no es suficiente. Esas son solo palabras. Una disculpa significativa verbaliza la comprensión del dolor que has causado y muestra arrepentimiento por las acciones tomadas.

2. Responsabilidad. Asumir la responsabilidad es demostrar que eres responsable de tus acciones y de su impacto, incluso si el dolor causado no fue intencional. Cuando asumes la responsabilidad, le haces saber a la otra persona que comprendes la gravedad de la situación que has causado y reconoces lo que has hecho mal.

3. Reconocimiento. Es importante brindar un dialogo para hablar sobre lo sucedido y procesar los sentimientos de todos. Cuando las personas saben que su dolor ha sido escuchado, eso las ayuda a sanar.

4. Remedio. La persona que está enmendando el daño debe repararlo y tomar medidas para evitar repetir el mal comportamiento. Tener un plan de acción que aborde los problemas que hicieron que la persona se comportara mal es un buen comienzo. A veces, eso puede significar dejar las redes sociales, cambiar de trabajo, asistir a terapia o ir a rehabilitación.

El siguiente paso (establecer un plan de acción) es probablemente el más importante, si existe alguna posibilidad de arreglar la relación, pero con demasiada frecuencia las parejas lo pasan por alto o asumen que es una conversación que se da una sola vez.

Sin un plan de acción, nada cambia.

Aceptar a alguien que te ha hecho daño repetidamente, pero no se compromete a hacer nada de manera diferente, es aceptar más del mismo comportamiento hiriente. Disculparte sin implementar un plan es prepararte para volver a ofender y herir a tu pareja.

Pero, y aquí está el gran pero, a veces una relación termina por un mal momento. Por lo general, en ese caso, los dos no están de acuerdo en cuanto a las decisiones importantes que deben tomar, ya sea establecerse, casarse, tener hijos, una carrera, mudarse o comprometerse. Sin embargo, con el tiempo, las prioridades de uno de los miembros de la pareja pueden alcanzar a las del otro.

La reconciliación y la acción no siempre son posibilidades. Hay algunos indicadores que deberían ser absolutamente decisivos. Cualquier abuso, ya sea físico, emocional o sexual, es totalmente inaceptable en una relación. Si alguien no está alineado moral y éticamente contigo, eso no va a cambiar.

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Puedes cambiar el comportamiento, pero no puedes cambiar el carácter. Si alguien es un infiel compulsivo, es probable que siga siendo así, aunque eso es diferente a alguien que cometió un error una vez. Si alguien miente de forma compulsiva, nunca podrás confiar, y la confianza es la base de cualquier relación exitosa.

Si después de analizarlo, todavía piensas que volver a estar juntos es lo correcto, entonces hazlo. Pero empieza despacio. Ponte en contacto con tu expareja y ve si está dispuesta a reunirse para tener una conversación. Pasen algún tiempo juntos. Observa si conectan como antes.

Puede que descubras que, en realidad, ya lo has superado por completo. O puede que descubras que su historia juntos recién comienza. Tiene todo el sentido que, a medida que esos objetivos cambien, también lo haga la compatibilidad entre ustedes.