Esta es una pregunta que la mujer se ha estado haciendo durante siglos. Es sólo en las últimas décadas que el divorcio ha sido realmente una opción para las mujeres si sus esposos son infieles.
Si bien es difícil de creer en los anillos de plata en este momento, el brillante y brillante para ti es que los matrimonios sobreviven engañando a los cónyuges todo el tiempo.
Cuando analisas el número de relaciones con los esposos engañando, los números son realmente altos. Se dice que el 41 por ciento de los matrimonios tienen uno o ambos cónyuges admitiendo la infidelidad (emocional o física).
La noticia realmente impactante es que, tal vez por primera vez en la historia, hombres y mujeres engañan a sus parejas casi en una escala igual.
57 por ciento de los hombres admiten engañar en cualquier relación que hayan tenido y el 54 por ciento de las mujeres admiten hacer trampa.
Mientras que los números no son completamente prometedores, el 31 por ciento de los matrimonios sobreviven después de que la infidelidad se ha descubierto.
Cuando se considera que el 50 por ciento de todos los matrimonios terminan en divorcio, esos números son un poco más prometedores. Pero, ¿cómo perdonar a mi esposo por ser infiel?
Permítanse tiempo para procesar el golpe.
Esto no es una confesión ligera como beber leche directamente del cartón o olvidarse de llevar la basura a la carretera en el día de recolección de basura. Este es un gran problema.
Tienes que permitirte el tiempo y el espacio, necesitas procesar realmente lo que ha sucedido, cómo te sientes sobre lo que ha sucedido y lo que quieres que suceda a futuro.
No te dejes intimidar, llorar, alejarte o drogarte en una situación en la que no estés emocionalmente preparado para sumergirte. Es demasiado y podría ponerte en el modo de fusión donde te retiras de todo y de todos. Eso no es bueno para nadie o para tu matrimonio.
Se egoísta por un tiempo.
Aunque no es genial permitirle seguir tratando de ganarte si sabes que vas a irte, no hay nada malo en arrastrarlo un poco para verlo pagar algún tipo de penitencia.
No compensará el dolor. Ciertamente no quitará el dolor. Pero hay una especie de placer sádico que se puede derivar de él, y así el Universo le debe un pequeño o dos oscuro momentos tras un golpe como este.
Perdonarte primero.
A las mujeres se les ha enseñado a culparse cuando sus hombres son infieles. Incluso en el llamado mundo iluminado en el que vivimos hoy, otras mujeres, prominentes clérigos e innumerables políticos llevan a casa la idea de que la mujer es la culpable cuando los hombres engañan.
Deja de nadar en culpa y culparte por acciones que no eran tuyas. Tu no puedes poseer sus acciones más de lo que él puede poseer el tuyo.
Engañaste alguna vez. Pero una vez que te perdones a tí mismo por tu engaño, verás que es mucho más fácil perdonarlo por hacer la trampa.
El camino hacia el perdón en la infidelidad es uno de los caminos más dolorosos y sorprendentes para caminar. Cuando sigas estos pasos, verás que es más fácil caminar (aunque de ninguna manera fácil) de lo que jamás hubieras pensado posible.