Tu mundo se ha puesto patas arriba. Así se siente uno cuando pasa por una ruptura. Te dices a ti mismo(a) (y sientes) que extrañas a esa persona, que la amas y que quieres que regrese. Y todo eso es cierto (en su mayor parte).
Pero hay otro aspecto de lo que sientes durante esta ruptura que a menudo pasa desapercibido: La adicción. Sí, es posible ser adicto(a) a tu ex.
No se trata solo de un anhelo emocional, sino de una dependencia fisiológica y psicológica que se instala en las mismas partes del cerebro que se ven afectadas por la adicción a las drogas. Y si no logras controlarla, esta adicción puede sabotear silenciosamente todas tus posibilidades de recuperar a tu ex.
Analicemos por qué sucede esto, qué efectos tiene en ti y cómo puedes desintoxicarte para recuperar tu dignidad, estabilidad y posiblemente incluso una segunda oportunidad en el amor con tu ex.
1. Por qué te sientes adicto/a a tu ex.
Cuando estás en una relación, tu cerebro libera una hormona química llamada dopamina. Se la conoce como “la sustancia química del bienestar” que te recompensa por crear vínculos, estar cerca y sentir que te aman.
Cada mensaje de texto, cada abrazo, cada momento íntimo con alguien a quien amas y cada mirada de cariño… todo esto activa los centros de recompensa de tu cerebro. Con el tiempo, tu mente aprende que tu ex es la fuente de esa sensación de euforia que proporciona la dopamina.
Cuando la relación termina, tu cerebro no comprende la ruptura. En ese sentido, es comparable en algunos aspectos a perder a un ser querido por la muerte. Tu cerebro solo sabe que se ha interrumpido el suministro de dopamina.
2. Cómo la adicción te hace actuar de forma autodestructiva.
Cuando estás en abstinencia, tu lógica suele quedar en segundo plano. Empiezas a hacer cosas que nunca considerarías en “circunstancias normales”.
Por ejemplo, nunca considerarías rogar, suplicar, enviar mensajes largos, presentarte sin ser invitado, enviar regalos que puedan parecer sobornos para que te ame de nuevo, o incluso crear cuentas falsas en redes sociales para comprobar qué está haciendo tu ex.
En tu mente, estas acciones se sienten urgentes e incluso nobles. Estás luchando por amor. Tu ex debería apreciar tus esfuerzos y corresponderles con amor. Pero, por desgracia, para tu ex, eso no parece amor. Se siente como presión y parece inestabilidad.
3. Sin contacto: La desintoxicación que no deseas pero que necesitas desesperadamente.
Esta es la cruda realidad: No recuperarás la claridad, la dignidad ni el atractivo si te rindes a la abstinencia. Tienes que desintoxicarte. Por eso la regla del contacto cero es tan poderosa después de una ruptura. No se trata de castigo ni de manipulación. Es recuperación.
Es el proceso de reprogramar tu cerebro para que deje de asociar la dopamina con tu ex. En los primeros días del contacto cero, suele ser brutal. Tu cuerpo y tu mente se rebelan contra tu plan. Sentirás inquietud, ira o entumecimiento.
Tus instintos te gritarán que rompas el silencio solo para volver a sentir algo de tu ex. Pero como en cualquier desintoxicación, las molestias son temporales y necesarias. Cada día que pasa sin que te comuniques, tu cerebro comienza a sanar.
4. Reconstruir la dopamina a partir de mejores fuentes.
Socializar, hacer ejercicio, tomar el sol, escuchar música o realizar alguna actividad creativa pueden aumentar la dopamina de forma natural. Pero aún más importante, una conexión sana y no romántica es uno de los antídotos más poderosos contra el desamor.
Si te aíslas después de una ruptura, tu mente queda atrapada en una pequeña jaula donde tu único pensamiento es tu ex. Pero cuando interactúas con amigos, sales al aire libre, aprendes cosas nuevas y llenas tus días de experiencias significativas, creas nuevas fuentes de dopamina.
Empiezas a recordar que hay muchas cosas en la vida que te hacen sentir. Y darse cuenta de eso supone un punto de inflexión, porque en el momento en que tu felicidad deja de depender de una sola persona, no solo te sientes mejor, sino que vuelves a ser atractivo/a.
5. Cuando la obsesión se disfraza de amor.
No tiene nada de malo extrañar a alguien que amas. Pero hay una línea entre el amor y la obsesión que es muy fácil cruzar durante la abstinencia. En las primeras etapas del amor romántico, la obsesión parece normal. Piensas en esa persona constantemente.
Repasas sus palabras una y otra vez, anhelas su contacto, te preguntas si siente por ti la misma intensidad que tú por él o ella, e incluso planeas tu vida en torno a él o ella. Pero cuando esa persona se va, esos sentimientos se intensifican hasta convertirse en pánico.
El amor obsesivo se siente urgente. Está repleto de ansiedad y rumiación. No puedes dormir. No puedes comer y sigues preguntándote: ¿Con quién estará? ¿Por qué no se comunica conmigo? ¿Qué estará pensando? Esos no son pensamientos de paz ni de amor genuino (aunque el amor sin duda forma parte de ello).
6. ¿Qué sucede cuando recuperas la independencia emocional?
Una vez que dejas de alimentar la adicción, comienza una transformación extraordinaria. La misma energía que estaba atrapada en la añoranza vuelve a estar disponible para ti. Empiezas a dormir mejor, a pensar con claridad y a redescubrir tu propia personalidad.
Te das cuenta de que tu valía no depende de la atención de tu ex. Ese simple cambio modifica tu forma de comportarte. Para tu ex, esta diferencia en ti es inconfundible. Ya no pareces ni actúas desesperado(a) o roto.
Y el contraste de verte bien y feliz sin tu ex puede ser lo que reavive tu atracción. Aunque la reconciliación nunca llegue, sales ganando de cualquier manera porque alcanzas un estado emocional saludable y te preparas para una relación mutua y estable.
7. Transforma el dolor en poder.
Las rupturas amorosas tienen la capacidad de mostrarnos de qué hemos estado dependiendo. Cuando pierdes a alguien, te obligas a afrontar hasta qué punto tu identidad estaba ligada a esa persona.
No estoy diciendo que cuando el amor es mutuo entre dos personas en una relación comprometida, como el matrimonio, no deba haber identidad propia ni en el otro ni en la relación.
Lo que quiero decir es que cada momento de retraimiento es una oportunidad para recuperar tu identidad. En lugar de mirar el teléfono para ver si te ha enviado un mensaje, usa esa energía para mover tu cuerpo dando un paseo o haciendo saltos de tijera. Aprende algo nuevo o ayuda a alguien más.
8. Por qué la fuerza y el silencio resultan más atractivos.
La gente suele preguntarme por qué el contacto cero funciona tan bien. La verdadera respuesta es que la fuerza y la compostura son universalmente atractivas. Cuando tu ex ve que respetas su decisión, demuestras madurez emocional.
Ese equilibrio entre deseo y dependencia es lo que resulta tan magnético para la gente. Es probable que eso fuera lo que atrajo a tu ex hacia ti en primer lugar. El silencio también les brinda espacio para sentir su propio retraimiento.
Si se acostumbro a tu atención y de repente desaparece, entonces tu ausencia crea un vacío notable. Es entonces cuando empieza a aflorar la curiosidad y la nostalgia. Tu ex se pregunta qué estás haciendo, con quién estás y si ya has superado la ruptura.
Así que aprovecha este tiempo para desintoxicarte, reconstruirte y redescubrir quién eres fuera de la relación. No solo es la mejor manera de sanar, sino que es la única forma real de recuperar a tu ex por las razones correctas.

