Hay rupturas que duelen y otras que se sienten definitivas. Esas rupturas son de esas en las que tu ex dice algo lo suficientemente hiriente como para dejar huella. Quizás te dijo: “Nunca volveremos a estar juntos”.

Quizás te dijo que no volvieras a hablarle nunca más. Tal vez te insulto de una manera que pareció fría o calculada. O tal vez incluso dijo que te “odia”. Y ahora te preguntas si lo decía en serio… si este es realmente el final.

Puedo decirte que cuando alguien se pasa de boca, no siempre significa que se haya acabado. De hecho, a veces significa que entro en pánico. A veces, significa que se sintió atrapado(a) en la ruptura que él o ella inicio. Y a veces, es precisamente eso lo que finalmente le hace regresar a ti.

Se trata de esos momentos que parecen el final, pero que no lo son. La clave está en comprender qué sucede realmente cuando una ex pareja reacciona con ira o dice algo que suena definitivo. Y lo más importante, lo que realmente importa es lo que sucede después del silencio.

Cuando tu ex reacciona de forma exagerada.

Una de las razones más comunes por las que una ex pareja dice algo extremo es porque se siente abrumada. Las rupturas no son fáciles para la persona que se va, incluso si fue ella que la inició. Siente la presión de la culpa y de tus emociones.

También siente la presión de amigos y familiares que le preguntan qué pasó y que posiblemente lo vean como persona insensible o irracional. Y cuando una ex pareja se siente atrapada, su instinto suele ser alejarse de ti lo más rápido posible.

¿Y qué hace? Reaccionan de forma exagerada. Hace una declaración que dice lo siguiente: “¡Déjenme en paz!” Como un animal herido que te ataca por instinto de supervivencia. Puede que te diga: «No me vuelvas a hablar», no porque realmente quiera eso para siempre…

Sino porque busca alivio inmediato. Es un reflejo. Y como es él o ella quien rompe contigo, siente que tiene el lujo y la ventaja de decirte algo sin tener que afrontar las consecuencias. ¿Por qué?

Porque piensa que le deseas de vuelta en tu vida con todas tus fuerzas y que en este momento está por encima de ti, hasta el punto de que estaría encantado(a) de tenerte de vuelta incluso si te ha tratado mal.

Piensa en un animal herido. Incluso si intentas ayudar, podría atacarte. No es porque te odie, sino porque siente dolor y cree que puedas hacerle sentir aún peor. Tu ex podría estar haciendo lo mismo con respecto a ti.

No está pensando a largo plazo, está pensando lo siguiente: «¿Cómo puedo hacer que esto pare hoy mismo?» ¿Cómo puedo evitar ahora el dolor y la incomodidad de esto? ¿Y después?
Muchos lo sienten con el tiempo.

El silencio se instala, la intensidad abandona la habitación y comienza a oír el eco de sus propias palabras. He visto a muchas personas regresar después de hacer ese tipo de declaraciones. A veces regresan humildemente, con una disculpa.

A veces, una ex regresa poco a poco después de darse cuenta de que no le buscaste. Lo importante aquí no es lo que dijo en el calor del momento, sino lo que pensará en la tranquilidad que seguirá.

Cuando le preocupa haber ido demasiado lejos.

Esto es importante e ilustrativo. Una vez que se disipa el humo, algo interesante comienza a suceder en la mente de tu ex. Empieza a preguntarse si se a equivocado. Casi todas las ex parejas que inician una ruptura pasan por algo llamado etapa de alivio después de la misma.

Es esa ola inicial de libertad donde ya no hay discusiones, ni culpa por no sentir lo mismo, ni tensión. Creen que ahora la vida les va a resultar más fácil. Creen que por fin pueden respirar. Pero el alivio suele ser solo temporal. Cuando se desvanece, algo más llega para ocupar su lugar.

La reflexión. Y con la reflexión surgen las preguntas.

¿Le hice más daño del que debería?
¿Me mostré fría o cruel?
¿Y si ahora no me quiere de vuelta, aunque yo sí quisiera volver?
Y aquí es donde las cosas suelen empezar a cambiar.

Porque probablemente por primera vez desde la ruptura, no solo está pensando en cómo se siente… sino también en cómo podrías verlo tú y qué significa eso para el futuro. La gente piensa que la atracción se basa únicamente en el aspecto físico o la química.

La atracción también está ligada a cómo una persona se ve a sí misma a través de tus ojos. Y cuando tu ex piensa: «¿Y si ahora no me acepta de vuelta? ¿Y si dije algo que no puedo arreglar?» Ese miedo se convierte en un poderoso motivador y una revelación.

Por qué la dinámica de la atracción importa más que las palabras.

Las rupturas se producen porque la atracción disminuye. En la mayoría de los casos se trata de atracción emocional, a menos que haya habido cambios físicos extremos. Cuando alguien termina una relación contigo, en su mente, esa persona tiene un poco más de poder y un poco más de atractivo.

Las cosas parecen estar desequilibradas. Tu ex parece ser la persona menos involucrada y menos afectada. Y si estás suplicando o persiguiendo, aunque sea por amor y dolor, le confirmas ese desequilibrio.

Pero cuando dice algo duro que cruza la línea, el equilibrio empieza a cambiar. De repente, tu ex ya no tiene la seguridad de tener el control. Se pregunta si lo que dijo te hizo perder el interés. Se pregunta si ha revelado una parte fea de sí mismo(a) que le hace menos deseables a tus ojos y a tu corazón.

Y para algunos, ese pensamiento es incluso más fuerte que las palabras que pronunció para alejarte. Esta comprensión puede cambiar mucho en su mente y en su corazón. Por qué el silencio es más poderoso de lo que crees.

En este punto, muchas personas cometen el error de intentar solucionarlo. Escriben mensajes largos y emotivos. No paran de hablar del dolor que sienten. Piden disculpas. Pero casi siempre resulta contraproducente. ¿Por qué?

Porque para tu ex tu silencio no es solo silencio. Es un espejo. Están solo(a) con lo que dijo. Sin interrupciones. No hay garantías de que todavía quieres que regrese a tu vida. Solo conserva el recuerdo del momento que repite una y otra vez.

A esto yo lo llamo el eco. Y si permites que ese eco exista en lugar de apresurarte a detenerlo, produce algo poderoso. Le obligas a tu ex a enfrentarse a sí mismo(a) y a darse cuenta de que sus palabras no te borraron de la faz de la tierra, sino que quizás sí borraron sus posibilidades de estar contigo en el futuro.

Pasa de tener una decisión (si quiere quedarse contigo o no) a no saber si le aceptarías de vuelta. Es entonces cuando empieza a crecer el miedo, el arrepentimiento y la curiosidad.

¿Por qué no se ha puesto en contacto?
¿Me he excedido?
¿Me odia ahora?
¿Está pasando página?

Ahí es donde realmente se produce el cambio.

La resaca emocional.

Cada decisión tiene una consecuencia emocional. Cuando alguien termina una relación con palabras duras, esa consecuencia llega de forma silenciosa pero contundente. Es lo que se llama resaca emocional. Al principio, cree que la ruptura les traerá paz y una nueva aventura.

Se imagina libertad, ausencia de tensión y ausencia de responsabilidad. Pero una vez que se desvanece el alivio, la realidad reemplaza a esa fantasía. Recuerda las historia. Recuerda las bromas, los viajes y los momentos en que se abrazaron durante el dolor.

Recuerda la sensación de seguridad que sintió, aunque al final parezca que lo olvido. Y para muchas personas, la culpa golpea con más fuerza de la que esperaba.

Piensa lo siguiente:

Herí a alguien que me amaba.
Puse fin a algo que una vez sentí como mi hogar.
¿Destruí algo bueno por miedo o frustración?
Aunque tu ex no lo demuestre, las secuelas emocionales son reales.

Empieza a cuestionarse cómo terminó la relación y no todos las ex parejas lo admiten en voz alta, pero sin duda lo sienten. Y esa silenciosa incomodidad puede al menos frenarlo, pero con frecuencia, le hace retroceder corriendo.