El grado en que una persona crece después del dolor se reduce a dos componentes: Factores de personalidad como la estabilidad emocional, la apertura, la autoestima, el optimismo, las habilidades para resolver problemas y la aceptación; y la narrativa que una persona construye en torno a su adversidad y el mundo.
Así que, cuanto más desarrollados estén tus factores de personalidad y cuanto más creas que tu sufrimiento es algo que se puede superar, mayor será tu probabilidad de crecimiento después de la adversidad, de crecimiento después de tu ruptura.
Con base en esto, presentamos siete formas de crecer a partir del dolor.
1. Haz mejores preguntas.
La mayoría de los sobrevivientes de una ruptura se quejan de lo injusta que es la vida y hacen preguntas prosaicas y agobiantes como: “¿Por qué me pasa esto?”, “Esto no es justo”, “¿Por qué tengo que sufrir?” o “¿Cómo dejé que esto pasara?”.
Como era de esperar, este tipo de introspección no promueve la recuperación ni contribuye al crecimiento y bienestar personal. Lo único que hace es introducirte en una mentalidad de víctima, envolverte en la miseria y promover el autodesprecio y la autocrítica.
Lo que deberías hacer es plantearte mejores preguntas, aquellas que te ayuden a verte como un superviviente esperanzado en lugar de una víctima desesperanzada e indefensa. A continuación, te damos algunos ejemplos:
PUEDES LEER: ¿QUÉ Hace Que Tu EX REGRESE? La Dinámica De La Reactivación
¿Qué puedo aprender de esto?
¿Qué puedo hacer para mejorar mi situación?
¿Hay formas en las que he encontrado una perspectiva diferente sobre la vida?
¿Mi ruptura me ha revelado nuevas oportunidades empoderantes?
¿Hice cosas para superar mi ruptura que me mostraron fortalezas dentro de mí que no sabía que tenía?
¿Hay formas en las que he encontrado una mayor comprensión de la vida y de cómo vivirla?
¿Hay formas en las que me siento más agradecido(a) por lo que tengo y por quienes me rodean?
2. Reconstruye tu sistema de creencias.
Imagina que un día, por accidente, tiras un jarrón preciado de tu percha y se rompe en pedacitos. ¿Qué haces? ¿Intentas volver a armarlo como estaba? ¿O recoges los hermosos pedazos de colores y los usas para hacer algo nuevo, como un mosaico colorido?
Al igual que el jarrón que se mantiene unido con pegamento y cinta adhesiva, quienes intentan reconstruir sus vidas exactamente como era antes quedan fracturados y vulnerables. Y quienes aceptan la ruptura y se reconstruyen se vuelven más resilientes y abiertos a nuevas formas de vida.
3. Prepárate para lo peor.
Imagina todo lo que podría salir mal en una determinada situación. Esto te ayudará a anticipar lo peor y a prepararte mental y estratégicamente para ello. La idea es que si pudieras aceptar lo peor, todo lo demás sería una sorpresa agradable.
Así es como se podría ver:
… ¿Qué pasa si mi ex se comunica conmigo mañana y vuelvo a caer en la depresión? Bueno, puedo bloquearle y evitar todo el asunto. Siempre puedo desbloquearle cuando me sienta mejor.
… ¿Qué pasa si me obsesiono tanto con mi ex que aparezco sin avisar en su puerta a las 3 de la mañana? Bueno, siempre puedo darle la llave de mi departamento a un amigo o amiga leal para que la guarde y hacer un trato con él o ella para que solo me deje salir a ciertas horas del día.
… ¿Qué pasa si el dolor de la ruptura es demasiado para soportar y tengo pensamientos suicidas? Bueno, puedo contratar a un terapeuta para que me ayude, para que las cosas no se agraven tanto.
¿Y qué pasa si cometes un desliz y haces algo estúpido a pesar de prepararte para lo peor? Bueno, a mí me gusta abordar los errores con la mentalidad de: “Es una pena, pero estaré bien. Estaré mejor por ello”.
4. Mantén la concentración.
Una ruptura amorosa suele llevarnos a episodios de pánico frenético. En momentos como esos, es aconsejable recordarnos en silencio que nos centremos en lo que tenemos delante. Lo mío es que: “La vida no es tan mala como creo que es, pero tampoco es tan buena como creo que es”.
Esta frase (puedes llamarla afirmación si quieres) es lo que te ayuda a mantener la concentración cuando todo lo que te rodea intenta descentrarte. En otras palabras, así es como evitas sobreestimar tus emociones.
Quienes sobreestiman sus emociones positivas son delirantemente positivos. Su actitud excesivamente optimista los convierte en personas que toman decisiones horribles, con tendencia a la grandeza y al narcisismo, y en última instancia los prepara para el fracaso.
Por otro lado, quienes sobrestiman sus emociones negativas son depresivos. Básicamente creen que las cosas son mucho peores de lo que son. Son las víctimas perpetuas autoproclamadas y el grupo cínico que se queja incesantemente de lo injusta que es la vida.
Y luego están los que están en el medio, los que no sobrestiman ninguna emoción, los que están centrados. Ahí es donde y quieres estar.
5. Acepta el dolor.
Ya sea que estés sufriendo por el fin de una relación de tres meses o de un matrimonio de 20 años, tu dolor se desvanecerá con el tiempo. Como toda emoción, el dolor es temporal.
La mejor manera de abordar este problema, o evitarlo por completo, es centrarte en aceptar el dolor. Esto significa admitir que la ruptura ocurrió, que es traumática y que claramente estás sufriendo. Nadie merece el dolor, claro está. Pero el merecimiento no es lo importante.
El dolor es algo que le pasa a todo el mundo. Admítelo. Todo esto acaba de pasar y no puedes cambiarlo. No solo eso, sino que no deberías intentar cambiarlo. Porque el dolor es un hilo en el tejido de la vida. Y tratar de arrancarlo no sólo es imposible, sino destructivo.
6. Crear sentido al sufrimiento.
Una ruptura es simplemente algo horrible que te pasó y que te molesta. Es el significado que le das a esa ruptura lo que la convierte en un regalo o en una maldición.
Como era de esperar, vincular tu ruptura con un significado que te quite poder te hace sentir miserable y, al final, te destruye. Por otro lado, vincular tu ruptura con un significado que te dé poder te conduce hacia la felicidad y el crecimiento personal, te libera y te convierte en una persona más resiliente.
7. Disfruta del caos.
Cada decisión tiene un precio. Todo tiene sus propias consecuencias, buenas y malas. Sin embargo, a pesar de esta lucha perpetua, me encanta el trabajo duro. Claro, me canso y me da pereza y me tomo días libres, pero hay un extraño deseo de sufrimiento sin sentido en lo más profundo de mi ser.
Lo mismo me pasó con mis rupturas. Una vez que entendí este concepto, comencé a encontrar un placer enfermizo en mi sufrimiento, porque sabía que, aunque ahora me duela, me sentiré mejor después de eso. Al igual que tú.
PUEDES LEER: Cómo DETENER El “Ciclo De PENSAMIENTOS Sobre La Ruptura”
Quiero que te identifiques con tu dolor. Quiero que te sientas orgulloso(a) de tu persistencia, perseverancia y determinación para recuperarte. Cuando sientas dolor, quiero que te inclines hacia él y pienses: “¡Sí, ahógame, maldito dolor! ¡Ahógame, maldita sea!” .
Encuentra a tu masoquista interior. Encuentra una manera de obtener placer enfermizo de tu dolor. Luego, aprovéchalo para sanar tu corazón y convertirte en una mejor versión de ti mismo(a).