Para aquellos que no lo saben, la regla de 30 días sin contacto generalmente es una técnica que implica ignorar a tu ex durante aproximadamente 30 días para lograr que te extrañe más y luego comunicarte con alguna frase o mensaje preparado.

Es un engaño común en el que caen las personas que han sido abandonadas. Lo mismo ocurre con los períodos de no contacto de 45 o 60 días. Puede suceder todo lo que te acabo de decir y como también no puede suceder, depende de muchos otros factores.

Comenzaré enumerando las razones por las que la regla de no contacto de 30 días no funciona. Luego, te explicaré cuándo funciona y las señales que lo indican. Y, por último, propondré una alternativa más eficaz.

Razones por las que la regla de no contacto de 30 días es una porquería.

He aquí por qué la regla de no contacto de 30 días hace más daño que bien, enumerada sin ningún orden en particular.

1. La regla de no contacto de 30 días secuestra y sabotea el proceso psicológico del desapego.

La psicología detrás de la regla de no contacto es la siguiente: Darle espacio a tu ex te ayudará a evitar mostrar comportamientos menos atractivos, como llamarle o enviarle mensajes de texto constantemente o rogarle que regrese.

Debido a tu ausencia, también despiertas su curiosidad y juegas con su nostalgia. Esto, a su vez, hace que sea más probable que te extrañe, ya que comienza a pensar más en ti. Entonces, es posible que se ponga en contacto contigo. Ahora bien, cuando tu ex te deja, te está comunicando en secreto que quiere espacio.

Pero en lugar de darle lo que quiere y dejar que regrese a su propio ritmo, empiezas a molestar a tu ex después de 30 días. Y si te fijas, obtienes los mismos resultados que antes: Rechazo y drama. ¿Por qué? Porque has seguido haciendo lo mismo en primer lugar: No darle espacio.

2. La regla de no contacto de 30 días no está probada (de hecho, hay evidencia que la refuta).

No hay estudios concretos que respalden la eficacia de la regla de no contacto durante 30 días. La verdad es que todos los datos que tenemos sobre la reconciliación, incluso la atracción en el contexto de las citas, se centran en un principio singular: Perseguir a alguien que te rechaza solo perpetúa más rechazo.

Peor aún, esta persona puede aprovecharse de tu codependencia y utilizarte para obtener beneficios económicos o emocionales. Puede incluso arrastrarte a una relación intermitente. Es decir, una relación caracterizada por innumerables altibajos, así como por ciclos de ruptura y reconciliación.

3. La regla de no contacto durante 30 días solo fomenta el rendimiento, lo que conduce a la inferioridad.

Adherir a tácticas como esperar 30 días y luego acercarte con una frase preparada o lo que sea, es el polo opuesto de la vulnerabilidad. Se trata de una conducta de actuación, una conducta que se lleva a cabo específicamente para engañar a la otra persona y salir ganando, una conducta que siempre termina haciéndote sentir más inferior a la otra persona.

¿Y qué sucede cuando, progresivamente, empiezas a sentirte inferior a tu ex? Empiezas a buscar conductas de mayor rendimiento: Nunca escribirle dos veces, nunca hablar de temas más profundos, dejar que la idea de volver sea de tu ex, etcétera.

No hace falta que te diga lo tóxica que es. Pero lo que es aún más importante, te vuelves una persona más necesitada. Y esta necesidad, tarde o temprano, se filtra a través de tus comportamientos y hace que tu ex lo note. Y cuando lo nota, se desanima cada vez más.

4. La regla de no contacto de 30 días desvía tu atención de las cosas que importan.

La mayoría de las personas que usan la regla de 30 días sin contacto se obsesionan tanto con alcanzar esa marca del día X y ganarse el “permiso” para comunicarse con su ex, que eso es todo en lo que piensan. Entonces, apenas se esfuerzan en mejorar como personas, lo que realmente importa cuando se trata de volver con tu ex.

¡Y qué se le va a hacer! Cuando vuelves a hablar con tu ex después de 30 días, todavía albergando los mismos problemas emocionales, todavía cometiendo los mismos errores que causaron la ruptura inicial, rápidamente te estancas como un motor averiado.

5. La regla de no contacto de 30 días te hace más irritante (a veces incluso exasperante).

En primer lugar, seguir esta regla de no contacto durante 30 días es molesto y predecible. Después de todo, tu ex acabará descubriendo que te pondrás en contacto cada 30 días más o menos, independientemente de lo que haga. Dicho de otro modo, sabe que recibirá su dosis inmerecida de afecto y aprobación sin pestañear. Así que no lo apreciará.

Peor aún, contactar a tu ex después de 30 días implica que lo ves en un pedestal y que no tienes ni un ápice de autoestima. De lo contrario, ¿Por qué te pondrías en contacto con alguien que te expresó que no quiere saber nada de ti después de dejarte?

6. La regla de no contacto de 30 días te hace irrespetuoso(a).

Cuando tu ex te dejó, insinuó que quería espacio y no deseaba tener nada que ver contigo. Y cuando empiezas a molestarle, a pesar de su deseo de espacio, le respondes con una insinuación: «Vete al diablo, uiero que regreses ahora, a mi ritmo. Y no me importa lo que quieras».

Básicamente, estás faltándole el respeto a su decisión de irse, ignorando su deseo de espacio y, en sentido figurado, escupiéndole en la cara (mocos, restos de desayuno y todo).

7. Comunicarte con tu ex después de 30 días generalmente solo molesta a tu ex.

Cuando pensamos en algo divertido, como un cachorro de perro con un disfraz de dinosaurio, experimentamos una serie de emociones agradables asociadas a esa vívida imagen mental. Tu ex pasa por un proceso similar cuando recibe noticias tuyas. También construye una imagen mental de ti en su mente.

La diferencia, sin embargo, es que esta imagen, a diferencia de la nuestra, huele a emociones negativas y dolorosas como tristeza, ira , pena o incluso resentimiento. Por eso, normalmente molestas cuando empiezas a interactuar con él o ella de forma prematura, es decir, antes de que se acerque y te de luz verde para que comiences a atraerlo(a) nuevamente.