Romper nunca es fácil, especialmente cuando eres tú quien todavía quiere seguir en la relación. El temor de que tu ex piense que ya terminaste, que ya le superaste, puede parecer el último clavo en el ataúd de tus esperanzas de reconciliación.
Sin embargo, ¿Qué pasaría si te dijera que dejar que tu ex piense que ya terminaste podría funcionar a tu favor? En este artículo, voy a explicar por qué permitirle a tu ex creer que realmente terminaste la relación puede ser una herramienta poderosa en tu camino para volver.
1. El poder de no buscar el cierre.
Uno de los mayores errores que la gente comete después de una ruptura es buscar el cierre. Lo se: El cierre parece ser el paso lógico para ayudarte a seguir adelante o al menos para obtener algo de tranquilidad mental. Pero aquí está lo que interesa:
El cierre no es necesario y, en muchos casos, puede jugar en tu contra. Piénsalo. Cuando buscas un cierre, en esencia estás tratando de atar todos los cabos sueltos y colocar todo cuidadosamente en una caja. Quieres respuestas, resoluciones y una comprensión clara de por qué las cosas terminaron como terminaron.
Pero en la vida, generalmente son las preguntas sin respuesta las que más nos motivan. Estamos programados para buscar soluciones, resolver problemas y resolver lo no resuelto. Si le das un cierre a tu ex, le estás dando un final ordenado, el permiso para seguir adelante sin mirar atrás.
En lugar de eso, deje las cosas abiertas y usa el misterio. Deja que se pregunte por qué no te esforzaste más para cerrar el capítulo. Cuando cree que ya terminaste, se planta una semilla de curiosidad en su mente. Comenzará a preguntarse por qué no buscaste esa conversación final, por qué no intentaste obtener respuestas.
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Y esa curiosidad puede hacer que permanezcas en su mente por mucho más tiempo que cualquier discusión sincera. La verdad es que no necesita un cierre. Ya le dijiste que quieres seguir con la relación. Has dejado claro que te dispones a trabajar en las cosas.
Si no quiere eso, no hay necesidad de seguir hablando de ello. Simplemente desaparece, como un fantasma en el viento. Este tipo de silencio es poderoso. Dejas a tu ex preguntándose, y ahí es exactamente donde quieres que esté, así va a pensar en ti continuamente.
2. No espera tu tranquilidad.
Cuando tu ex piensa que ya no estás con él o ella, suele suceder algo inesperado: Empieza a extrañarte. Esto es especialmente cierto si fue tu ex quien inició la ruptura. Verás, la mayoría de las personas que rompen una relación con su pareja esperan sentir alivio.
Creen que terminar la relación los liberará de cualquier incomodidad o insatisfacción que estuvieran sintiendo. Pero aquí es donde las cosas se ponen interesantes. Si dejas ir a tu ex sin luchar, sin rogarle, sin suplicarle, sin hacer intentos desesperados por que se quede, alteras sus expectativas.
Quizás sintió que se sentiría mejor una vez que la ruptura terminara, pero en lugar de eso, comienza a sentir un vacío. Este vacío no se trata sólo de extrañarte como persona; se trata de extrañar la intimidad, la conexión y la comodidad de conocer a alguien profundamente.
Esto es lo que se llama “choque de intimidad”. Es esa repentina comprensión de que ya no te tiene a ti para compartir los detalles de su vida: las cosas pequeñas, las cosas grandes y todo lo demás. Incluso si conscientemente ya no quiere estar contigo, comenzará a extrañar la cercanía que alguna vez compartieron.
Y aquí está la clave de la cuestión: No esperaba sentirse así. Pensó que la ruptura sería fácil, y que todo estaría bien. Pero cuando no intentas nada, cuando no buscas un cierre, cuando simplemente te alejas, el guion cambia. Se queda pensando: “No esperaba querer que vuelva, pero ahora no siento tanta seguridad”.
Este tipo de cambio de pensamiento es exactamente lo que quieres. Es el comienzo de reconsiderar la ruptura, de empezar a pensar que tal vez cometió un error. Y aunque no puedo garantizar que esto traerá de regreso a tu ex al 100%, ciertamente aumenta las probabilidades de que comience a cuestionar su decisión.
3. Por qué puede llevar tiempo.
Una de las partes más difíciles de dejar que tu ex piense que ya terminaste es la espera. Quizás te preguntes: «¿Por qué no ha vuelto todavía? ¿Por qué tarda tanto?» La respuesta está en la psicología. Cuando alguien rompe contigo, está asumiendo un compromiso: consigo mismo, con su decisión y con sus necesidades en ese momento.
Incluso si empieza a dudar de esa decisión, no quiere parecer inestable. Se dice a sí mismo(a), y probablemente a otros, que esto es lo que quería, así que se quedará con ello, al menos por un tiempo. Esto es especialmente cierto si ha estado pensando en la ruptura durante semanas, meses o incluso más tiempo antes de llevarla a cabo.
Ha tenido tiempo para desarrollar sus razones, racionalizar la decisión y convencerse de que era lo correcto. Entonces, cuando desapareces, no surge inmediatamente el deseo de volver a estar juntos. En lugar de eso, redobla su compromiso con la ruptura.
Pero aquí está la buena noticia: El tiempo está de tu lado. Cada día que pasa sin contacto contigo, cada día que no sabe de ti, más empieza a preguntarse si tal vez cometió un error. Empieza a preguntarse si realmente has seguido adelante, si tal vez se apresuro demasiado al terminar las cosas.
Y ahí es donde la presión empieza a aumentar. Es posible que se haya dicho a sí mismos que con el tiempo se sentiría mejor, que el dolor de extrañarte desaparecería, pero cuando eso no sucede, le obligas a reconsiderarlo. Empieza a extrañar la intimidad, la conexión y sí, incluso las discusiones. La clave aquí es la paciencia.
4. La dinámica del poder.
Cuando eres tú el que ha sido abandonado(a), es fácil sentirse impotente. Pero la cuestión es la siguiente: El poder en las relaciones es fluido y cambia según cómo cada persona responda a la otra. En el momento de la ruptura, es probable que tu ex sienta más poder: Tomó la decisión, tomó el control.
Pero a medida que pasa el tiempo y tu no estás, el equilibrio de poder comienza a cambiar. Empieza a preguntarse si tal vez juzgo mal la situación. Pensó que estarías allí, esperando, pero ahora no siente tanta seguridad. Esta incertidumbre puede ser increíblemente poderosa.
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Le hace preguntarse si realmente tenía razón al terminar las cosas. Le obligas a considerar la posibilidad de que tu sigas adelante, de que alguien más pueda aparecer y ver tu valor y de que pueda perderte para siempre. Cuando dejas que tu ex piense que ya no te importa, estás recuperando parte de ese poder.
Le estás demostrando que no te vas a quedar sentado esperando a que cambien de opinión. Estás viviendo tu vida, avanzando, y esa es una cualidad increíblemente atractiva.
Abraza el poder del silencio. No busques el cierre, no ruegues ni supliques, y no intentes recuperar a tu ex a través de la lástima. En lugar de eso, concéntrate en ti. Demuéstrale que eres fuerte, que sigues adelante y que no estás esperando a que cambie de opinión. Esto no significa que estás renunciando a la relación.