Analizar por qué las rupturas te cambian siempre es un desafío interesante. Algunas personas argumentarán que te llevan a cuestionarte quién eres. Otros dirán la química cerebral o los cambios físicos que ocurren en tu cuerpo. Ninguna de esas es la respuesta incorrecta.
Y hoy me gustaría analizar en profundidad todas las formas relevantes que se me ocurren para mostrarte cómo pueden cambiarte. ¡Empecemos!
1. Literalmente cambian la química de tu cerebro.
Examinemos cómo las rupturas pueden alterar significativamente la química del cerebro. El cortisol, en particular, suele ser el foco de atención durante una ruptura. Es la hormona del estrés, que provoca mayor ansiedad y estrés.
Esta elevación prolongada es una de las principales razones neuroquímicas para explicar la prolongada lucha que enfrentan muchas personas después de una ruptura. Incluso después de seis meses, algunos expresan dificultad para seguir adelante.
¿Por qué?
Es fundamental tener en cuenta la disminución de otros neuroquímicos como la dopamina, la noradrenalina, la serotonina, la oxitocina y la vasopresina. Estos cambios significativos en la neuroquímica pueden explicar por qué las personas después de una ruptura se sienten como si estuvieran pasando por un síndrome de abstinencia.
2. Pueden causar todo tipo de cambios físicos en tu cuerpo.
Bueno, dado que la dopamina es tu fuente personal de motivación y ahora escasea, ahora no solo te falta dopamina sino también motivación. También tu cuerpo cambia en lo siguiente:
Fatiga.
Incapacidad para concentrarse.
Problemas de sueño.
Pérdida de apetito.
Falta de libido.
Sistema inmunológico suprimido
3. Observa qué sucede con tu estilo de apego después de una ruptura.
Ahora, exploremos cómo los estilos de apego influyen en las relaciones. Comprender estos estilos puede ofrecerte información sobre los comportamientos observados durante las relaciones y las rupturas. En general, existen cuatro estilos de apego principales:
Seguro.
Ansioso.
Evitante.
Temeroso.
Estos estilos se originan en la infancia y pueden evolucionar en función de las experiencias de vida. Esto es crucial porque he observado que los estilos de apego de las personas pueden cambiar durante una relación y volverse aún más pronunciados después de una ruptura.
El trauma de la ruptura y la evitación continua por parte de tu pareja pueden amplificar tus tendencias ansiosas, alterando tu estilo de apego primario e influyendo en otros aspectos de tu vida diaria. Escuchamos sobre personas que pasan por divorcios tumultuosos, y estas experiencias afectan profundamente sus relaciones posteriores.
4. Si no tienes cuidado puedes perder tu identidad en una relación.
Profundicemos en el tema de la codependencia. Sin vigilancia, es fácil perder la propia identidad dentro de una relación. Basándome en el concepto de estilos de apego, he observado a muchos enredarse en relaciones de codependencia, hasta el punto en que sus identidades se vuelven inseparables de las de sus parejas.
Una metáfora que uso a menudo para ilustrar esto es el sistema solar. Imagínate que eres un planeta. Puedes ser el cuerpo central, con otras entidades como lunas orbitando a tu alrededor, o puedes ser un planeta orbitando alrededor del centro de otra persona, como una ex pareja.
Según mi experiencia, después de una ruptura, muchos se encuentran en el último escenario, y su bienestar y autoestima dependen de las decisiones y los sentimientos de su ex. Esta dinámica es peligrosa, ya que no sólo nos hace susceptibles a la manipulación sino que también fomenta hábitos poco saludables.
Estas personas suelen mostrar conductas de apego inseguro y se vuelven cada vez más ansiosas. La conclusión clave es la importancia de restablecerte como la figura central de la propia vida después de una ruptura, asegurándote de estar en el corazón del propio universo.
5. Una ruptura puede cambiar a hombres y mujeres de diferentes maneras.
Un estudio reveló que los efectos de una ruptura en la personalidad de una persona pueden diferir según el género. Se indicó que las mujeres que se divorciaron mostraron una mayor extroversión y apertura, probablemente como resultado de las consecuencias liberadoras de la ruptura.
Por el contrario, el estudio también encontró que los hombres divorciados parecían volverse menos conscientes y más inestables emocionalmente. Las mujeres generalmente experimentan un dolor más intenso inmediatamente después de una ruptura, pero se recuperan de manera más completa que los hombres.
Creo que esta disparidad puede deberse a que los hombres suelen evitar buscar ayuda externa y optan por afrontar el problema de forma independiente. Este enfoque puede dar lugar a una falta de apoyo comunitario y de recursos de curación.
Por el contrario, si bien las mujeres pueden sentir un dolor agudo al principio, este dolor las impulsa a buscar una mejoría y apoyo, lo que facilita una recuperación más completa. Los hombres, en cambio, pueden conservar emociones persistentes.
6. Las rupturas te hacen más propenso a la disonancia cognitiva.
Se refiere al malestar o tensión mental que surge cuando un individuo mantiene simultáneamente dos o más creencias, valores o actitudes contradictorias, o cuando su comportamiento entra en conflicto con sus creencias o valores.
Cuando se trata específicamente de rupturas, la disonancia cognitiva juega un papel importante después de una ruptura, ya que influye en cómo las personas procesan el final de la relación y cómo se perciben a sí mismos y a su ex pareja.
Así es como la disonancia cognitiva se relaciona con los cambios después de una ruptura:
– Reevaluación de la relación: Después de una ruptura, suele haber una disonancia entre la creencia de que se tiene una “relación feliz” y la realidad de la ruptura. Para resolver esto, las personas pueden reevaluar la relación.
– Conflicto de comportamiento y creencias: Si alguien cree en el compromiso a largo plazo pero termina una relación, puede experimentar disonancia. Para aliviar esto, puede enfatizar las razones que hicieron necesaria la ruptura, como incompatibilidad, diferentes objetivos de vida o dinámicas poco saludables.
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– Autopercepción: Una ruptura puede poner a prueba el concepto que uno tiene de sí mismo, especialmente si se identificaba fuertemente con una pareja.
– Decisiones posteriores a una ruptura: Adoptar conductas como buscar una relación de rebote o evitar el compromiso puede generar disonancia si contradice los valores o creencias habituales de una persona.
– Idealización de la expareja: Si alguien aún siente algo por su ex pareja pero sabe que la relación no era la adecuada, puede experimentar disonancia. Para afrontarlo, puede idealizar a su ex pareja, centrándose solo en sus cualidades positivas, o demonizarla, recordando solo sus aspectos negativos.
– Expectativas sociales: Las creencias sociales o culturales sobre las relaciones pueden causar disonancia después de una ruptura. Por ejemplo, si alguien cree en el “compromiso de por vida” pero atraviesa una ruptura, puede sentir un conflicto entre las expectativas sociales y su realidad personal.
– Crecimiento y lecciones: El deseo de aprender del pasado y evitar repetir errores puede surgir de la disonancia entre la creencia de ser una “buena pareja” y el reconocimiento de fallas o errores en la relación. Esta introspección puede conducir al crecimiento y al cambio personal.