Pasar por una ruptura con frecuencia deja a las personas lidiando con una multitud de preguntas e incertidumbres. Una de las preguntas más inquietantes podría ser: “¿Mi ex se olvidará de mí?”
Hablaremos de forma exhaustiva, explicando a quienes están preocupados por ser olvidados que la memoria y las emociones juegan un papel complejo en la dinámica posterior a la ruptura.
1. La imposibilidad de que te olvide.
En primer lugar, es esencial desmitificar el miedo de que tu ex literalmente olvide quién eres. La memoria humana, especialmente cuando involucra experiencias emocionales significativas como las relaciones románticas, no borra simplemente a una persona del recuerdo.
Es casi imposible. Si tienes miedo de que tu ex pueda olvidar de alguna manera tu existencia y no recordarte por ningún motivo, ten la seguridad de que así no es como funciona la memoria en un cerebro sano y funcional.
Así como tú recuerdas tus relaciones pasadas, también tu ex te recordará a ti. Aquí la clave de la cuestión no es el acto de recordar, sino más bien cómo esos recuerdos impactan a tu ex emocional y psicológicamente.
2. El conflicto interno de quien inicia la ruptura de la relación.
La persona que inicia la ruptura a menudo atraviesa un período de conflicto interno y dudas después de la ruptura. Casi nunca alguien tiene 100% la seguridad de su decisión de terminar una relación, excepto en casos de abuso (abuso verdadero).
Lo más común es que la decisión de romper se tome con un nivel de certeza del 60% al 70% que dura lo suficiente como para que la persona sienta que debe actuar. Sin embargo, este nivel incompleto de certeza deja lugar a dudas y reconsideraciones.
Esta incertidumbre puede verse exacerbada si quien abandona nota un cambio significativo en el comportamiento de su ex, como la ausencia de contacto o ningún intento de reconectarse.
Estos cambios pueden hacer que se cuestione, y dude aún más de su decisión, especialmente cuando comienza a darse cuenta de la permanencia de sus decisiones y la pérdida potencial que eso conlleva.
3. El origen de la duda y el conflicto.
El inicio de la duda y el conflicto interno de quien abandona suele comenzar mucho antes de la ruptura real. Es un período caracterizado por una acumulación gradual de incertidumbres, agravios y expectativas insatisfechas.
Sin embargo, contrariamente a la creencia popular, decidir terminar la relación no resuelve inmediatamente estas incertidumbres. Más bien, con frecuencia marca el comienzo de una lucha interna más profunda.
Quien termina la relación se ve obligado(a) a navegar en un mar de preguntarse“qué hubiera pasado si…” y “podría haber sido esto o aquello”, preguntándose si la decisión de separarse fue realmente la correcta.
Pero la única manera de que quien abandona llegue a ese estado de arrepentimiento y de «qué hubiera pasado si…» es que la persona que fue abandonada no persiga. La razón es que si la ruptura se enfrenta a resistencia (rogativas, súplicas, contactar, sobornar, etc.), entonces el objetivo de quien abandona se convierte en alejarse.
Centrarse en “rogar” y “suplicar”, evita que la persona que te deja se arrepienta o se preocupe por la ruptura y por sacarte de su vida. Si no llega a experimentar la ruptura, no se le permite ver si es realmente lo que quiere.
4. El peso de la toma de decisiones.
Tomar la decisión de romper con alguien implica sopesar lo conocido frente a lo desconocido, un proceso plagado de ambigüedad y potencial arrepentimiento.
Los que abandonan a quienes aman a menudo se enfrentan al miedo de cometer un error y se preocupan por la posibilidad de perder a alguien importante para ellos y que está perdida sea para siempre.
Este peso de la toma de decisiones puede provocar un estrés y una ansiedad importante, ya que quien abandona a su pareja contempla el futuro sin ella. Cuando la persona abandonada realmente desaparece, empuja a quien abandona a reconsiderar sus decisiones bajo una nueva perspectiva.
5. La ilusión de la certeza.
Aunque algunas personas que abandonan una relación pueden parecer confiadas y resueltas en su decisión, esta certeza exterior a menudo puede ocultar un tumulto de emociones no resueltas.
La etapa inicial de alivio después de terminar la relación puede pronto dar paso a un estado mental más reflexivo y, a veces, de arrepentimiento.
Este período de reflexión es crucial, ya que permite a quien abandona enfrentar sus sentimientos directamente, revelando a menudo una complejidad de emociones que anteriormente estaban ocultas por los problemas de la relación.
6. La evolución del conflicto interno.
Con el tiempo, el conflicto interno que experimenta quien termina la relación puede evolucionar. Inicialmente centrado en la duda y el arrepentimiento, este conflicto puede cambiar gradualmente hacia un deseo de reconciliación o una comprensión más profunda del crecimiento personal.
Esta evolución está influenciada por numerosos factores, incluidas las reflexiones de quien abandona la relación sobre sus necesidades personales, la dinámica de la ruptura y el impacto de no tener contacto.
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En última instancia, el viaje a través del conflicto interno puede conducir a profundas reflexiones personales y, en algunos casos, a una reevaluación de la decisión de romper. En resumen, el conflicto interno de quien rompe es un proceso multifacético y profundamente emocional.
Abarca las dudas iniciales que conducen a la ruptura, el peso oneroso de la toma de decisiones, el difícil período sin contacto y la eventual evolución de los sentimientos y perspectivas de quien abandona.
Comprender este conflicto interno es crucial para ambas partes involucradas en una ruptura, ya que revela las complejidades emocionales y los posibles caminos hacia la curación y la reconciliación. Si te preguntas: “¿Mi ex me olvidará después de romper conmigo?”, la respuesta debería ser cada vez más clara.