No es complicado. De hecho, lo tienes justo delante de ti. Eso sí, si estás dispuesto o dispuesta a afrontarlo. La mayoría de las personas se niegan. Y así, pasan los años y aún no han superado a su ex. Día y noche, su ex les atormenta la mente, haciéndoles hablar consigo mismos sin parar, buscando respuestas que nunca recibirán.

Obsesionando a estás personas con preguntas como «¿Qué podría haber hecho diferente?» y preocupaciones como «Si no hubiera cometido ese error…». Su ex es lo primero que les viene a la mente al despertar y lo último al acostarse, y luego no pueden conciliar el sueño.

A menudo les pregunto a estas personas: «¿Qué están haciendo para superar esto?». Después de cientos de conversaciones, lo que descubrí me intrigó. Descubrí que estas personas casi siempre terminan oscilando entre tres formas de lidiar con su incapacidad para soltar: Desahogarse, reprimir y rumiar.

3 razones increíbles por las que no puedes superar a tu ex.

Los analizaré a fondo para que puedas decidir cuál es tu mejor opción. ACLARANDO: Todos son malos en mayor o menor medida y por diferentes razones. Por eso, al final de este artículo, también revelaré una alternativa superior. Pero empecemos por el principio.

1. Desahogarse.

O, dicho de otro modo, hablar extensamente sobre lo que te preocupa. Acudes a un terapeuta y le cuentas cómo te sientes. Hablas con alguien sobre tus problemas y desafíos. Hablas con tus amigos, tu familia, tu gato… con quien esté dispuesto(a) a escucharte.

A veces, es útil tener a alguien a tu lado que entienda por lo que estás pasando. Quieres sentir validación. Quieres sentir que no te gana la locura. Quieres que la gente te apoye. ¡Con razón! Sientes mucha soledad en esto. Tu dolor es solo tuyo. Y puede que tu ex incluso esté poniendo a algunas personas en tu contra.

Pero desahogarse tiene un problema: El dolor siempre regresa. En algún momento, volverás a pensar y a conversar mentalmente con tu ex, o te toparás con un detonante que te lo recordará y te hará reaccionar. De repente, volverás a sentir dolor y necesitarás hablar con alguien.

Necesitarás que alguien te ayude a aliviar la presión. Necesitarás desahogarte. Pero si tienes suerte, con el tiempo descubrirás que desahogarte no es una solución permanente. Tus amigos se cansan de que hables de la ruptura porque es lo único de lo que hablas. Tu familia no entiende por qué no puedes simplemente olvidar y seguir adelante.

2. Reprimirse.

¡Mantén tu espacio ocupado! Mejor no pienses en la situación… es demasiado doloroso. Enfócate en otras cosas y haz todo lo posible por no pensar en tu ex. Juega más videojuegos, consume más comida chatarra, gana más dinero, relacionarte con más gente… lo que te dé la gana.

Todo esto es más de lo mismo. Es represión en estado puro. Y te ayuda a mantener tu tormento encerrado en una pequeña caja en lo más profundo de tu mente. Hace todo lo posible para que no pienses en tu ex ni en el dolor que conlleva.

Las personas entran en un periodo de no contacto. Retoman nuevas relaciones aunque aún no están listas. Hacen todo lo posible para olvidar por fin a su ex y su dolor. Pero al hacerlo, se preparan para el fracaso. Porque toda emoción necesita una salida.

Si sigues reprimiéndolas, llegará un momento en que estallarán. Se abrirán paso a la fuerza y ​​se derramarán violentamente al mundo a través de rabietas y crisis nerviosas, lastimándote no solo a ti, sino también a todos los que te rodean y que intentan ayudarte.

3. Rumiar.

“¡Si pudiera resolver esto, me sentiría mucho mejor!” Eso es realmente lo que te dices a ti cuando se trata de rumiar. Le das vueltas sin parar a todas las situaciones, palabras, discusiones, regalos, favores, mensajes; cualquier cosa que pudiera haber sido diferente. O lo que deberías hacer para cambiar tu situación.

Pero entonces te das cuenta: Si lo piensas con detenimiento, ¡lo descubrirás! Así que buscas en internet soluciones para recuperar a tu ex, averiguar qué trama o adónde va. Fisgoneas sin parar, acechando a tu ex. O pasas por su casa o apartamento para espiarle.

Cuanto más lo haces, más tienes que hacerlo. Sí, esto puede convertirse en una obsesión. Y mientras te obsesionas, ¡tu ansiedad no para de crecer! Crees erróneamente que con lo siguiente que haga, bueno, si logras descifrarlo, por fin disfrutarás de ese dulce cierre.

Te torturas sin parar, pensando que encontrarás la respuesta que finalmente lo resolverá todo, y que luego podrás olvidarlo todo y marcharte. Pero entonces, con suerte, descubres que no puedes pensar en cómo resolver estos problemas. La bestia de la rumia siempre tiene hambre.

Y mientras sigues rumiando, no puedes hacer nada más. Tu trabajo se resiente, tu vida social se resiente, tu salud se resiente. Entonces vuelves a reprimir o a desahogarte para aliviar la presión, y el ciclo de tormento se repite.

Existe una mejor manera…

Una mejor manera de superar este dolor — una mejor manera de dejar ir a tu ex — es sumergirte en él. Permitir el dolor. Estar con el dolor. Hacer de ella tu amiga. Sí, hablo en serio. Hazte amiga del dolor que llevas dentro.

Perdónate por ser idealista. Perdónate a ti y a tu vergüenza por siempre dar una segunda oportunidad porque crees en la bondad de las personas. Creíste en tu ex. Creíste en las promesas que te hizo. Mira en tu interior…

La manera de superar el dolor es liberar los falsos deseos que persigues. Abrirte de par en par y ser aún más vulnerable, no solo con los demás, sino contigo mismo(a). Abrirte tanto que duela. Vivir con el corazón abierto, aunque sea vergonzoso, incómodo o, bueno… doloroso.

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Al hacerlo, te sentirás con poder y volverás a sentirte como tú, y podrás lograr mucho. Ya no tendrás miedo al amor. Ya no sufrirás más. Además, tendrás algo increíblemente valioso: Discernimiento. La capacidad de ver y comprender sin juzgar. De ver con claridad.

Si te cierras al resentimiento porque te niegas a abrirte a tu interior y expresar tu dolor desde su origen — si recurres al desahogo, la represión y la rumia —, probablemente nunca conseguirás lo que realmente deseas de una persona en una futura relación (ya sea con tu ex o con otra pareja).