Mucha gente predica que la culpa es una emoción inútil, carente de virtudes. Algunos incluso insisten en eliminarla por completo. ¿En serio? Nunca creí en esa idea. No necesitas eliminar la culpa.
Claro, gestionarla mejor y resolver los nudos más difíciles y complejos es genial; probablemente incluso fundamental para llevar una vida feliz y plena. Sin embargo, no necesitas, ni puedes, desalojar por completo la emoción de tu sistema.
Los aspectos positivos de sentirse culpable después de una ruptura.
Incluso diría que albergar algo de culpa después de una ruptura es, en realidad, positivo. Y aquí te explico por qué.
En primer lugar, la culpa cataliza la autorreflexión. Nos anima a mirar nuestra relación fallida con mayor objetividad, a comprender nuestros errores y a aprender de ellos, lo que nos lleva a mejorar nuestras relaciones futuras, además de a cerrar y sanar.
En segundo lugar, a veces deberíamos sentirnos culpables. Por ejemplo, si engañaste sin piedad a tu ex y por eso te dejó. Verás, esa culpa te disuade de volver a engañar en tu próxima relación, y eso es maravilloso para todos.
Por último, la culpa nos hace desarrollar una mayor empatía, lo que nos permite comprender el dolor que quizás le hemos causado a nuestro(A) ex, lo que puede llevar a comportamientos más vulnerables y compasivos en el futuro, conduciendo a su vez a relaciones más saludables.
Cómo superar la culpa después de una ruptura.
Pasaremos de las soluciones más básicas y fáciles de seguir a las más densas psicológicamente y que requieren más esfuerzo mental, cada una aprovechando las anteriores.
1. Cuida los fundamentos.
Lidiar con la culpa es mucho más fácil si tienes todo bajo control. Así que sigue estos pasos.
– Haz ejercicio con regularidad, duerme bien, lleva una dieta sana y equilibrada y mantén una buena higiene.
– Prueba la meditación, escribir un diario y la terapia. Y mantén las actividades durante al menos unas semanas antes de abandonarlas si alguna no te convence.
– Rodéate de amigos, compañeros y familiares de confianza que puedan y estén dispuestos a brindarte apoyo emocional.
– Comparte tu culpa con personas de confianza, sobre todo si te resulta incómoda o vergonzosa. ¡Es una clara señal de que necesitas desahogarte cuanto antes!
2. No te identifiques con tus acciones.
Todos cometemos errores, todos fallamos a veces. Es parte de la condición humana. Nuestras vidas están llenas de errores de juicio y acciones que desearíamos revertir. Nada de esto significa que seas inherentemente malo o mala. Significa que eres humano.
Y como eres humano, quizás demasiado humano, significa que posees una habilidad realmente ingeniosa para — redoble de tambores — aprender de tus errores y fracasos. Para usarlos como motivación para mejorar en futuras relaciones. Incluso para evitar que otros cometan errores similares.
En esto es en lo que debes concentrarte. No en cómo te definen tus errores y fracasos ni en cualquier otra tontería que hayas improvisado. Piensa en “cometí errores; causé fracasos”, no en “soy mis errores; soy un fracaso”.
3. Empatiza con la verdadera motivación detrás de tus acciones.
Después de reconocer que no eres tú quien te hace sentir culpable por tus errores y fracasos, analiza por qué los cometiste en primer lugar. Tal vez te volviste retraído(a) y frío, no porque haya algo malo contigo, sino simplemente debido a necesidades no satisfechas y problemas sin resolver que tu ex no se disponía a resolver.
Tal vez te volviste codependiente, no porque estuvieras tratando de alejar a tu ex o hacerle sentir miserable, sino porque pasaste toda tu infancia con padres que te hicieron sentir que no importabas y que el amor siempre era algo por lo que debías luchar, y simplemente no sabías nada mejor.
Quizás tu relación no terminó porque seas una persona terrible y malvada. Quizás terminó porque te sentiste una persona infravalorada y no querida, y simplemente necesitabas obtener tu aprecio y amor de esa persona guapa que no dejaba de mirarte durante los últimos seis meses.
Sea como sea, aceptar el porqué de tus errores y fracasos te permite aprender lecciones necesarias de los errores para mejorar. Y una vez que lo hayas hecho, es casi imposible sentirse culpable por lo que te llevó a ello.
4. Muéstrate un poco de amabilidad contigo mismo(a).
Esto no significa que debas condonar o ignorar tus acciones pasadas. Simplemente significa que reconoces tu humanidad — tu capacidad de error — y te explicas y te convences de que está bien. De que está bien.
Si te cuesta ser amable contigo mismo(a), intenta preguntarte qué te diría un amigo amable y compasivo en tu situación. Probablemente no sea tan duro como lo que te dices ahora. Luego, intenta hablarte como lo haría ese amigo.
Aunque suene vergonzoso, esto funciona. Y más gente debería hacerlo. En lugar de optar por lo convencional: Meterse bajo la sábana y llorar, enfurruñarse y estresarse a más no poder todo el tiempo.
5. Mejora tu próxima relación.
Ya sea con tu ex o con otra persona, no repitas tus errores y fracasos. Esta es la forma definitiva de resolver la culpa y evitar más culpa. Usa tus errores para ser mejor. Conviértelos en combustible para la superación personal. Así de simple.
¿Es normal sentirse culpable después de una ruptura?
Sí, sentirse culpable después de una ruptura es completamente normal y una reacción típica para muchas personas. Todos nos sentimos culpables de vez en cuando, ya sea por lo que dijimos o dejamos de decir, o por lo que hicimos o dejamos de hacer. Desde cualquier punto de vista, es una experiencia humana universal.
¿Por qué me siento culpable por dejar atrás a mi ex?
Sentirse culpable por dejar atrás a tu ex suele ser reflejo de apegos emocionales persistentes o de la creencia internalizada de que encontrar la felicidad después de una ruptura disminuye la importancia de la relación pasada.
Todo esto son tonterías, por supuesto. Suele parecer cierto, pero al analizarlo a fondo, te das cuenta de que la idea se basa en una base intelectual inexistente, lo que la hace prácticamente irrelevante.
¿Cuánto tiempo dura la culpa después de una ruptura?
La duración de la culpa tras una ruptura varía considerablemente. Algunas personas solo la experimentan unas semanas después. Otras la viven durante años. Depende en gran medida de los errores cometidos o los fracasos experimentados. Cuanto más graves sean, más probablemente se sentirá culpable.