Quien dijo que las rupturas debían ser fáciles está fuera de contacto con la realidad. Para aquellos de ustedes que están leyendo esto y están al borde de un ataque de pánico, esto no significa que su ex se haya ido para siempre).
Hoy me interesa más el “por qué” de todo esto. En mi opinión, todo se reduce a cinco razones fundamentales:
1. Te quedaste en un círculo vicioso de ansiedad y muerte.
Hemos descubierto que la persona típica tiene un estilo de apego ansioso. En esencia, esto significa que toda su existencia suele girar en torno a su ex o a la idea de reconciliarse después de una ruptura. Esta tendencia se atribuye en gran medida a su predisposición a las relaciones codependientes.
Para quienes tienen ansiedad la herida central es un miedo profundo al abandono. En el contexto de las rupturas, su miedo más profundo se ha materializado. Este abandono percibido a menudo cataliza conductas ansiosas:
Ruegos, súplicas, búsqueda incesante de consuelo e intentos apresurados de solucionar problemas que tal vez no deberían abordarse de inmediato. Curiosamente, las personas con un estilo de apego ansioso suelen encontrarse emparejadas con personas que muestran un estilo de apego evitativo.
Esta combinación es como mezclar aceite con agua. Cada vez que la persona ansiosa se siente afectada e intenta la reconciliación, solo sirve para distanciar aún más a la pareja evitativa. Y el “círculo de la ansiedad continua”.
2. La regla del pico y el final.
La regla del punto máximo y el punto final es un sesgo cognitivo que influye en la manera en que recordamos los acontecimientos pasados. Los momentos intensos, ya sean positivos o negativos, representan los “puntos máximos”.
Mientras tanto, los momentos finales de una experiencia, o el “final”, desempeñan un papel importante en nuestro recuerdo de los acontecimientos. Este fenómeno es evidente en las relaciones de pareja y puede contribuir a la dificultad de aceptar la marcha de tu ex.
Lo que es fundamental entender es que, a medida que pasa el tiempo, los recuerdos de las experiencias con tu ex tienden a gravitar hacia los momentos más positivos, dejando a menudo de lado los más negativos.
En consecuencia, a medida que pasa el tiempo, una relación potencialmente tóxica puede no ser percibida tan negativamente como antes o como la veían los demás, sino que se recuerda como una experiencia con un matiz positivo, casi romantizada, que puede no coincidir con la realidad.
3. Tu cortisol se encuentra en este estado de activación constante.
He estado hablando mucho de esto últimamente: Los cambios neuroquímicos que ocurren dentro de ti después de una ruptura. Para visualizarlo, imagina una línea muy elevada que representa el cortisol. Durante una ruptura, los niveles de cortisol se disparan.
El cortisol, comúnmente conocido como la “hormona del estrés”, desempeña diversas funciones, entre ellas, facilitar nuestra respuesta de lucha o huida, mejorar el estado de alerta y garantizar la supervivencia.
Sin embargo, en el mundo actual, en particular después de una ruptura, los niveles de cortisol pueden permanecer persistentemente altos. Este estado elevado es una respuesta al inmenso estrés emocional y la agitación que genera la ruptura. Si estos niveles permanecen elevados durante un período prolongado, podrían tardar hasta seis meses en estabilizarse.
Después de una ruptura, el aumento de cortisol suele provocar pensamientos obsesivos sobre la ex pareja. Acciones como revisar constantemente sus redes sociales o incluso toparse con él o ella sin querer en su lugar de trabajo mantienen aún más estos niveles elevados de cortisol.
Con el tiempo, el cuerpo podría malinterpretar este estado constante de estrés como la nueva norma, lo cual no es así. En esencia, una de las principales razones neuroquímicas que dificultan aceptar la marcha de un ex o una ex y seguir adelante es la elevación prolongada de los niveles de cortisol.
4. Las 8 etapas del duelo por un desamor.
Es una perspectiva que no se suele abordar y creo que aporta un valor único a la conversación. Si bien muchos están familiarizados con las cinco etapas tradicionales del duelo (negación, ira, negociación, depresión y aceptación), he observado que estas etapas no siempre se alinean con todos.
En lugar de eso, he identificado lo que llamo las “ocho etapas del duelo por una desilusión amorosa”.
– Desesperación: Esta etapa inicial se caracteriza por un deseo abrumador de reconciliarse con la ex pareja. Tiene su raíz en la herida ansiosa del miedo al abandono. La ruptura se percibe como una manifestación de este abandono, lo que lleva a una necesidad desesperada de rectificar la situación.
– Dolor y culpa: Aquí, las personas luchan con el dolor emocional de la ruptura y la culpa por las malas acciones percibidas, incluso si no tuvieron la culpa.
– Negociación: En este punto, las personas creen que pueden salvar la relación. Han investigado, leído libros y escuchado podcasts, lo que alimenta la esperanza de que la reconciliación es posible.
– Ira: Esta etapa se explica por sí sola. Los intentos iniciales de reconciliación pueden fracasar, lo que genera sentimientos de resentimiento hacia la ex pareja.
– Depresión: Trazando paralelismos con el círculo vicioso de la muerte ansiosa, las personas se sienten desoladas y cuestionan sus perspectivas de volver a encontrar el amor.
– Aceptación inicial: Después de completar quizás un ciclo del círculo vicioso de la muerte, se llega a la conclusión fugaz de que seguir adelante podría ser la mejor opción. Sin embargo, esta aceptación suele ser temporal.
– Recaída: Etapa de retroceso en la que las personas vuelven a creer que pueden arreglar la relación.
– Aceptación real: La etapa final, donde después de múltiples recaídas y un viaje tumultuoso, las personas aceptan genuinamente la realidad de la situación, ya sea seguir adelante o reconciliarse.
5. Superar una relación con tu ex es como intentar dejar las drogas.
“La anatomía del amor”, profundiza en la ciencia que sustenta el apego romántico y los efectos neurológicos de las rupturas. Esta investigación ofrece información valiosa sobre los desafíos que supone dejar atrás una relación con un ex o una ex.
Las personas enamoradas experimentan un estado de euforia, que ella equipara a una recompensa natural. Establece paralelismos entre los síntomas de la angustia, como el ansia y la dependencia emocional, y los síntomas de abstinencia que experimentan los drogadictos.
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Se observó en una investigación cambios en el flujo sanguíneo del cerebro cuando las personas veían fotografías de sus parejas románticas. Estas alteraciones significaban un aumento de la actividad en las regiones cerebrales vinculadas a las emociones románticas.
En esencia, la desilusión amorosa refleja los desafíos de dejar las drogas. Neuroquímicamente, la respuesta del cuerpo a una ruptura es similar al ansia de un drogadicto por una dosis. Quienes atraviesan una ruptura deben romper de inmediato los vínculos con sus ex parejas.
Sugiere desechar objetos que evoquen recuerdos de la relación e incluso tomarse unas vacaciones para tener una perspectiva nueva. No sé si a ti te pasa, pero esto se parece mucho a la regla de no tener contacto.