Las relaciones necesitan honestidad, pero también bondad. ¿Puedes darle ambos? Mentir a tu pareja es correcto? Pues veamos ahora mismo.
Las relaciones saludables se basan en una base de confianza. Sin embargo, es sorprendentemente fácil engañar y ser engañado en una relación íntima.
La investigación ha demostrado que alrededor del 10% de las interacciones entre la pareja contienen elementos engañosos, incluyendo exageraciones, excusas o culpas falsas.
No es sorprendente que éstos tengan un efecto distanciador. ¿Pero son dañinos todos los engaños? ¿No es bueno protegerse mutuamente de verdades dolorosas? Puede depender del motivo.
Otras medias verdades ocurren debido a las extrañas reglas verbales de la interacción social. Por lo tanto, cuando un cónyuge dice: «¿Cómo te va?», Probablemente significa: «Te estoy reconociendo con un saludo genérico que ambos entendemos.»
Claramente, la mayoría de nosotros tenemos estas reglas tácitas en la relación. La verdad exacta puede no importar si la intención es inofensiva. Y no siempre es una buena idea compartir todo lo que piensas.
Algunos pensamientos son odiosos, y algunos son innecesarios. Entonces, ¿qué sucede cuando sientes que debes decir la verdad, pero te preguntas si va a ser perjudicial? Es cuando mentir a tu pareja ronda tu cabeza.
La honestidad y amabilidad.
Este es un dilema para muchos, y la mayoría de nosotros sólo vamos con lo que parece razonable en el momento. Reconocemos que algunas verdades necesitan ser refinadas y otras no necesitan ser habladas.
Por ejemplo. «Odio la foto enmarcada de tus padres que tienes para mi cumpleaños», tal vez no tanto. En algunas situaciones, la verdad es incómoda, pero puede ser expresada de una manera constructiva.
Aquí te voy a dar ejemplos de preguntas que podrían hacerse en las relaciones íntimas, seguidas de dos posibles respuestas. Ambas respuestas son honestas, pero una es más amable.
Pregunta: «¿Crees que esa mujer es hermosa?»
Menos efectivo: «Ohhhhhhh, siiiiii.»
Mejor: «Ella es bonita, ¿qué te parece?»
Pregunta: «¿Por qué estás tan paranoico de que yo salga con amigos?»
Menos efectivo: «Porque tus amigos son idiotas y tienes un mal control de tí mismo y puedes hacer algo estúpido». Mejor: Sé que hay mucha gente solitaria por ahí y que eres atractiva, y me preocupa que estés tentada a hacer cosas que normalmente no harías «.
Pregunta: «¿Cómo te sientes acerca de casarse?»
Menos efectivo: «Puede ser genial para otras personas».
Mejor: «Tengo miedo de ese nivel de compromiso, a pesar de que estoy emocionado por donde va nuestra relación».
Pregunta: «¿Estabas loca cuando no estaba de humor anoche?»
Menos eficaz: «Sí, y pensé que eras un mocoso egoísta.»
Mejor: «Estaba frustrada, y por eso me hice a un lado».
Pregunta: «¿Estos shorts de spandex de color verde lima hacen que mi culo parezca grande?»
Menos efectivo: «No. Tu culo hace que tu trasero se vea grande.
Mejor: «Creo que tus vaqueros se ven mejor».
El motivo detrás de las palabras para mentir a tu pareja.
Hay muchas formas de ser honesto y seguir siendo amable, incluso si eso significa honestamente aplazar una pregunta o tomar tiempo para pensar en ello. Esto sucede cuando sucede una pregunta como:
«¿Me amas?» Una respuesta falsa en este caso no es bueno. Si el asunto es importante, es mejor ser franco. Si estás fingiendo o eludiendo, entonces necesitas preguntarte por qué, y probablemente discutirlo con tu pareja.
Por ejemplo, es posible que no necesites decirle a tu pareja que huele raro cuando está abrazandote, y puede que no sea necesario tratar cada preocupación que surja.
Pero considera cuidadosamente lo que está sucediendo cuando te encuentra a tí mismo esquivando la verdad. ¿Cuál es la intención subyacente de lo que estás diciendo, y cuál es el efecto de la misma?
¿Está tratando de evitar algo que debe tratarse? ¿Quieres castigar? ¿Puedes ser honesto y seguir siendo amable? ¿Estás protegiendo a tu pareja, o a ti mismo? Si analisas tu motivo para mentir a tu pareja tu relación será mejor.