El matrimonio puede ser una bendición, pero también puede romperte el corazón, especialmente si crees que has llegado al final del camino. No hay un camino fácil para tomar la decisión de divorciarse, y la experiencia de separarse es diferente para cada persona.
Si estás considerando esta difícil decisión, necesitas determinar si tu relación está tan deteriorada que tu matrimonio no puede salvarse. Solo tu sabes si puedes o debes reparar tu relación.
Pero hay señales que pueden ayudarle a decidir cuándo es el momento de divorciarse. Y también hay señales de que, con terapia de pareja y trabajo duro, tu matrimonio puede salvarse.
¿Vale la pena salvar tu matrimonio? Si tu y tu pareja están considerando el divorcio, hay preguntas que podrían hacerse y factores que considerar antes de tomar una decisión. Terminar un matrimonio puede ser increíblemente complejo y desafiante.
Admitir que tal vez ya no amas a tu pareja puede ser difícil. Incluso si todavía se aman, eso podría no ser suficiente para salvar un matrimonio. Esto puede dificultar mucho más el divorcio.
Recibir terapia, ya sea juntos o por separado (o ambos), puede ayudarles con el proceso de toma de decisiones. Una investigación reveló las razones de divorcio más frecuentes en una muestra de más de 2000 personas. Estas fueron:
Falta de amor/intimidad.
Problemas de comunicación.
Falta de simpatía/respeto/confianza.
Distanciarse.
Conoce las señales de que un matrimonio no puede salvarse.
Hay algunas preocupaciones matrimoniales, como el abuso, que deberían ser motivo de ruptura absoluta. Sin embargo, hay muchas más señales que no son tan claras. Cada uno de estos problemas debe tomarse en serio.
Ten en cuenta que decidir si separarse o no es un asunto muy complejo y personal. No todas las siguientes señales indican por sí solas que tu relación no pueda recuperarse.
El divorcio es difícil, pero para muchos es más difícil y doloroso vivir desconectados y desvinculados emocionalmente de su pareja. De hecho, el impacto de las relaciones negativas en la salud física y mental puede ser enorme.
Algunas investigaciones sugieren que las relaciones crónicamente negativas o abusivas pueden incluso acortar la esperanza de vida.
1. Abuso.
Una relación abusiva debe terminar. El abuso nunca es aceptable y nadie lo merece ni debería vivir con él. Es importante buscar apoyo si sufres abuso en tu matrimonio. Ten en cuenta que el abuso no siempre es físico y puede presentarse de otras formas, como el abuso emocional y el abuso verbal.
2. Falta de afecto o intimidad.
Si bien las parejas pueden atravesar períodos de mayor y menor intimidad física a lo largo de su matrimonio, un matrimonio sin sexo podría ser una señal de que existen problemas subyacentes que deben resolverse para que la relación sobreviva.
3. Bigamia.
Si tu pareja te hizo creer que eran los únicos en el matrimonio, pero luego descubres que no es así, te han engañado. Además, la bigamia es ilegal.
4. Conducta criminal.
Descubrir que tu pareja tiene antecedentes penales puede ser difícil de superar, especialmente si el delito es muy grave. No solo se siente una pérdida de confianza, sino que también puedes cuestionar si conoces a tu pareja tan bien como creías.
Es difícil perdonar las mentiras en una relación, y esta es una mentira grave diseñada para encubrir un problema grave.
5. Crítica constante.
¿Tu pareja siempre te menosprecia? Esto podría ser perjudicial para tu salud. Un estudio reveló que una relación negativa después de cinco años — específicamente, las críticas recibidas de la pareja — se relacionaba con el riesgo de mortalidad en adultos mayores.
La crítica también es uno de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis que los psicólogos clínicos, utilizan para predecir el fin de un matrimonio. Las otras tres señales de alerta: La evasión, la actitud defensiva y el desprecio.
6. Adicción no tratada.
Puede ser extremadamente difícil tener una relación con alguien que no busca tratamiento para su adicción o que la niega rotundamente. La adicción también puede contribuir a la pérdida del empleo, lo que afecta las finanzas, o ser la causa de la mayoría de las discusiones entre parejas.
7. Cambio de prioridades.
Si tu y tu pareja antes estaban de acuerdo sobre decisiones importantes de estilo de vida, como tener hijos y dónde vivir, pero ahora uno de ustedes ha cambiado de opinión, es posible que se encuentren en un punto muerto.
De igual manera, si sus metas y perspectivas de vida ya no coinciden, podrían descubrir que, logísticamente, el matrimonio no puede sostenerse. Esto es algo que podrían explorar con un consejero para ver si es posible llegar a un acuerdo.
8. Infidelidad.
La infidelidad puede ser extremadamente difícil de experimentar. Si bien engañar conduce al divorcio o la separación, no siempre significa que así será. Algunos matrimonios pueden sobrevivir a la infidelidad.
Que el tuyo logre sobrevivir dependerá de las circunstancias de la infidelidad y de la presencia de otros factores que la compliquen. La terapia de pareja será esencial para superar la infidelidad.
9. Problemas financieros.
Quizás tu pareja trajo deudas importantes a la relación y no fue sincera al respecto, le cuesta mantener un trabajo o gasta de más constantemente.
O quizás han sufrido un revés financiero importante, como la pérdida de un negocio o gastos médicos inesperados. Sea cual sea el origen, las preocupaciones financieras pueden generar graves conflictos en un matrimonio.
10. Incapacidad para llegar a acuerdos.
Llegar a acuerdos es esencial para una relación sana. Si tu matrimonio es completamente unilateral y a tu pareja le cuesta encontrar un punto medio (o se niega a intentarlo), podrían estar en una relación tóxica.
11. Falta de empatía o remordimiento.
Una pareja que no se disculpa, no asume la responsabilidad de sus errores ni intenta comprender tus sentimientos puede ser muy frustrante. Puedes sentir que siempre estás aportando más a la relación y que tus necesidades nunca son atendidas.
Poner fin a tu matrimonio es una decisión difícil y pesada, pero si estás librando una batalla perdida o te sientes atrapado e impotente en una relación que, en última instancia, te está causando daño, no esperes una sola señal que te diga que te quedes o que te vayas.
Cuando llegue el momento de dejar una mala relación, lo más probable es que lo sepas; lo sentirás en tus entrañas. Si aún dudas, pregúntate qué tiene de bueno tu matrimonio y qué no, y, sobre todo, si lo bueno supera a lo malo.

