Aquella noche no podía soportarlo más. Todo me la recordaba: Los viajes locos que hacía para huir de mí, el cielo nocturno sobre mí, idéntico al cielo bajo el que hicimos el amor hacía tanto tiempo. Todo era mi ex. Lo era todo. No había escapatoria.
Como era de esperar, fue una época bastante solitaria y triste de mi vida. Y aunque duró meses — por cursi que suene —, estas tormentas siempre pasan. Tú, puedes lograr esta misma transformación. No, no es fácil. Tampoco es algo que lograrás pronto.
Sin embargo, es posible, muy posible. ¿En qué consiste? En mi opinión, en el siguiente conjunto de principios semi-interconectados. Aquí están.
Principio n.º 1: Apóyate en tu red de apoyo.
Como seres humanos, somos animales sociales. Vivimos y prosperamos en comunidad, no aislados. Además, estamos programados para depender física y emocionalmente de otras personas. Por lo tanto, un buen primer paso para superar la soledad es movilizar tu red de apoyo y luego apoyarte en ella.
Un sistema de apoyo es un grupo de amigos, familiares y compañeros en quienes confías y con quienes sientes seguridad, que escucharán activamente tus preocupaciones, te darán consejos sinceros y un apoyo constante, incluso cuando te portes mal o te quedes en tu propia autocompasión.
Principio n.º 2: Aprovecha los grupos de recuperación tras una ruptura.
Unirme a un grupo de apoyo para superar una ruptura y aliviar mi soledad fue probablemente lo más difícil que he hecho a nivel social. Principalmente porque soy muy introvertido y antes me costaba mucho mostrarme vulnerable. Pero me alegro de haberme obligado a hacerlo.
Me ayudó muchísimo, no solo con mi soledad, sino también con mi crecimiento personal en general.Así que busca un grupo de apoyo para superar una ruptura, ¡quizás varios! Y cuando encuentres uno o dos con los que te sientas identificado/a, empieza a participar.
Busca especialmente grupos que incluyan actividades como baile, senderismo, natación o gimnasia, además de charlas. Está demostrado que estos grupos ayudan a sentirse menos solo(a) más rápido que aquellos donde todos se quedan sentados sin hacer nada.
Principio n.º 3: Mejora tus habilidades sociales.
Las habilidades sociales nos permiten crear vínculos emocionales profundos con los demás, vínculos que pueden evolucionar gradualmente hasta convertirse en amistades significativas. Y esas amistades significativas nos ayudan a sentirnos menos solos. A continuación, te presento tres pasos para mejorar tus habilidades sociales.
– Paso 1: Miradas, sonrisas y saludos. Empieza por establecer contacto visual con las personas que te encuentres, por ejemplo, paseando o de compras. Cuando te sientas cómodo(a), incorpora una sonrisa a la rutina. Y cuando te sientas cómodo(a) incluso con eso, añade un saludo. Finalmente, repite esta rutina hasta que te resulte natural. Luego, pasa al paso 2.
Paso 2: Consejos y opiniones. Este paso es bastante sencillo. Empieza a pedir consejos y opiniones a desconocidos sobre cosas cotidianas, como la ropa que llevas, el lugar donde te encuentras o aquello que simplemente te genera curiosidad.
Paso 3: Charla informal. Básicamente, lo que quiero que hagas es entablar una conversación informal con un desconocido (o un grupo de desconocidos). Cuando te sientas cómodo(a), añade algunos chistes, comentarios ingeniosos, sarcasmo y respuestas ocurrentes a la conversación.
Principio nº 4: Atrévete a ser vulnerable.
Empieza poco a poco compartiendo algo personal con un miembro del grupo en quien confíes, ya sea un miedo, una dificultad o un sueño. Observa cómo te sientes al abrirte, y reconoce que la vulnerabilidad no es una debilidad, sino una fortaleza.
Luego, haz lo mismo con los desconocidos o casi desconocidos de tu grupo de recuperación. Ábrete aunque te resulte incómodo o vergonzoso. Las personas adecuadas, tus amigos potenciales o actuales, te apoyarán incondicionalmente y te aceptarán tal como eres.
Principio nº 5: Ten las intenciones correctas.
Muchas personas se acercan a los grupos de apoyo para superar una ruptura con intenciones equivocadas. En lugar de pensar: «¿Cómo puedo ayudar a los demás?», piensan: «¿Cómo puedo conseguir que los demás me ayuden?».
No me malinterpretes: No tiene nada de malo querer un consejo o que alguien te escuche. Sin embargo, si esa es tu única intención al unirte a un grupo de recuperación, entonces les estás haciendo un flaco favor a todos, incluyéndote a ti mismo(a).
Al centrarte únicamente en ti y en tus deseos, pierdes la oportunidad de conectar con las demás personas. Y si no logras conectar con ellas, tampoco sueles superar tu soledad. Por lo tanto, participa en tu grupo de apoyo para superar una ruptura con una mentalidad generosa.
Principio n.º 6: Mantén la perspectiva en mente.
Cada pizca de dolor, cada lágrima de tristeza y cada pizca de pena se desvanecen con el tiempo. Este efecto de desvanecimiento también se aplica, naturalmente, a la soledad. Claro, es mucho más rápido si trabajas activamente para superarlo.
Pero incluso si no haces nada especial, a menudo desaparece por sí solo. Así que no te preocupes demasiado por acelerar este proceso. Dicho esto, ten cuidado de no ralentizarlo. Esta es la trampa en la que cae la mayoría de la gente.
Comienzan a acosar a su ex, persiguiendo y rogando que le dé otra oportunidad. Si tu ex no está receptivo(a) (lo cual es común), estas conductas solo intensifican la soledad. No solo eso, sino que también contribuyen a generar dramas innecesarios entre tú y tu ex.
Principio nº 7: Aprende a disfrutar de la soledad.
Llega un momento en que tu red de apoyo ya no estará disponible. Llega un momento en que no podrás recurrir a tus grupos de recuperación. Llega un momento en que solo estarás contigo mismo(a).
Por extraño que parezca, esto puede ser algo bueno. Siempre y cuando se enfoque la perspectiva correctamente. Verás, la mayoría de la gente teme la soledad. Les produce ansiedad y preocupación pensar en ella y la combaten obsesivamente. Y, como resultado, empeoran las cosas.
Sin embargo, hay otra forma de afrontar la soledad: Encontrar la manera de disfrutarla. ¿Cómo? Cambiando el significado que le damos. Permíteme explicarte esto…
Podrías ver la soledad como algo aterrador y desagradable que deberías evitar, como una dolorosa fuente de soledad. O podrías verla como una oportunidad para el crecimiento personal: Un tiempo de reflexión enriquecedor.
Un tiempo en el que puedes concentrarte en cómo no arruinar tu próxima relación o qué tipo de pareja buscas realmente. Dicho de otro modo, podrías intentar reprimir la soledad de forma neurótica. O podrías aceptarla y aprender de ella. Adopta esta última perspectiva. Cambia tu percepción de la soledad para mejor.

