Pasar por una ruptura es horrible. Y cuando te enfrentas a la dura realidad de que necesitas cortar el contacto con tu ex, pueden surgir todo tipo de creencias irracionales, haciéndote dudar de ti mismo(a) y de qué hacer a continuación.
Abordemos de frente algunas de estas creencias erróneas y lleguemos al fondo de por qué nos hacen más daño que bien.
1. “Si corto el contacto, se dará cuenta de lo que ha perdido”.
Aquí va una píldora difícil de tragar: Si tu ex necesita perderte para valorarte, la relación ya está arruinada. O sea, ¿De verdad deberías desaparecer por completo para que tu ex aprecie tu valor? Es como tener que perder tu teléfono cincuenta veces antes de darte cuenta de que realmente es importante para ti.
Cuando cortas el contacto para manipular a tu ex y que te desee más, básicamente estás jugando con la oferta y la demanda. Apuestas a que, al desaparecer, de repente se dará cuenta de lo increíble que eres.
Pero aquí está el truco: Este enfoque suele ser contraproducente. Porque las personas emocionalmente inaccesibles (como la mayoría de las ex parejas) suelen responder a la pérdida de control persiguiéndote brevemente, solo para retirarse y marcharse una vez que sienten que han recuperado el control.
Es un círculo vicioso que no lleva a nada bueno. Además, el verdadero propósito de no tener contacto no es generar una profunda comprensión en tu ex, sino terminar una relación que no funciona para que puedas sanar y crecer.
Usarlo como táctica de manipulación significa que tendrás que seguir amenazando con dejarlo o dejarla para siempre para mantener su interés. Y créeme, eso es agotador.
2. “Su poco interés significa que está pensando en mí”.
Esta creencia es lo que te mantiene pegado a tu teléfono como un adicto al crack, revisando tus mensajes cada dos minutos. Te convences de que incluso la más mínima atención significa que tu ex sigue pensando en ti.
Pero seamos realistas: Las personas que no necesitan contacto suelen comunicarse sin esfuerzo y con la misma atención que dedican a pedir una pizza. Suelen ser comportamientos impulsivos que no significan absolutamente nada.
Lo que realmente necesitas para una relación sana es esfuerzo constante, cuidado y respeto, no migajas de pan ocasionales lanzadas en tu camino cuando siente aburrimiento o siente soledad.
En otras palabras, solo dale otra oportunidad a tu ex cuando te contacte directamente y realmente muestre interés. No cuando simplemente le dé «me gusta» a tu nueva foto de perfil, te desbloquee en Instagram o responda a tu comentario o publicación en redes sociales.
3. “Podemos ser amigos cuando me sienta mejor”.
Esta es solo la forma astuta en que tu cerebro mantiene viva la esperanza. Te dices a ti mismo(a) que, una vez que el dolor disminuya, puedes mantener una amistad con tu ex. Pero la verdad es que la amistad después de una ruptura debería ser natural, no forzada.
Si ya estás planeando la amistad mientras aún sufres, no te centras en sanar, sino en mantener algún tipo de conexión con tu ex. Y esa es una receta para reabrir viejas heridas.
El proceso de duelo no se trata de abrir camino a la amistad, sino de abrir camino para ti. Para tu sanación, tu crecimiento y, con el tiempo, tu capacidad de seguir adelante. Si piensas constantemente en una amistad futura, probablemente sea señal de que necesitas reenfocar tu energía.
La verdadera amistad sólo puede surgir cuando, entre otras cosas pequeñas:
Ya has superado la ruptura por completo.
Ha demostrado ser digno(a) de tu amistad.
Ambos están de nuevo en territorio neutral.
Y mira, si hubiera razones buenas o turbias por las que tuviste que cortar el contacto en primer lugar, tal vez no te rompas el cuello tratando de ser amigos.
4. “No se da cuenta del daño que me hace”.
Sí, claro que sí. Puede que se haga el tonto o la tonta o diga que no sabe nada, pero a menos que esté emocionalmente muerto, saben exactamente cómo te afectó su comportamiento.
¿Y si de verdad no entiende cómo sus acciones impactan a los demás? ¡Enhorabuena! Acabas de identificar a alguien que carece de la madurez emocional básica necesaria para una relación adulta. No les des una oportunidad, no valen la pena.
Además, si tu ex de verdad no entiende cuál era el problema, repetirá el mismo comportamiento si vuelven. Y no es tu trabajo arreglar ni compensar sus defectos emocionales.
En resumen…
La prohibición de contacto no se trata de manipulación, castigo ni de una estrategia astuta para recuperar a tu ex. Se trata de terminar una relación que no funciona y darles a ti y a tu ex el espacio para sanar y crecer.
Si excusas el comportamiento de tu ex, simplemente lo eximes de responsabilidad. Y eso es un golpe fatal para cualquier esperanza de una relación sana y renovada.
Cuanto antes abandones esas creencias irracionales sobre no tener contacto, antes podrás concentrarte en lo que realmente importa: Cuidarte y seguir adelante con tu vida, con o sin tu ex.

 
